La Justicia Nacional del Trabajo consideró arbitrario el despido de una mujer con una enfermedad oncológica donde no le habían reconocido sus respectivas licencias.
Fue al dejar sin efecto lo determinado por el Máximo Tribunal provincial respecto al juzgado que debe atender la judicialización de los reclamos previstos por la ley de Riesgos del Trabajo.